Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100057
Legislatura: 1882-1883
Sesión: 12 de enero de 1883
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 20, 310
Tema: Rectificando en el debate sobre crisis ministerial.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Montejo y Robledo): La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Voy nada más que por cortesía a decir breves palabras al Sr. Marqués de Barzanallana, porque no esperaba que S. S. me diera la razón, que con su discurso hubiese venido a poner en su verdadero lugar la conducta, el procedimiento y la dirección del partido conservador en que tan dignamente milita; no tenía yo esa pretensión, ni le hubiese exigido a S. S. tamaño sacrificio.

Ahora bien; ello es que resulta que la actitud de S. S. es esencialmente distinta de la actitud de otros conservadores (El Sr. Marqués de Barzanallana: No) que abrigan la pretensión de tener la dirección del partido; pero el Sr. Marqués de Barzanallana cree que el país no se salva más que siendo Gobierno el partido conservador, y quiere que el partido conservador llegue hoy mejor que mañana, y mañana mejor que pasado, al poder, y otros hombres de su partido dicen que no quieren el poder por ahora ni en mucho tiempo; de manera que hasta en esto difiere S. S. de sus correligionarios.

Por lo demás, está bien, y bueno es que aprendan los de la izquierda, si es que no lo saben, y si es que se necesita querer no saber las cosas para no saberlas, que S. S. y otros conservadores desean que triunfe la izquierda dinástica por lo transitoria. (El Sr. Marqués de Barzanallana: No he dicho eso.) Pues yo lo he entendido así, Sr. Marqués de Barzanallana. Ha dicho su señoría (y todavía he querido yo suavizarlo un poco en favor de la izquierda, porque no hay para qué reñir con la izquierda, ni tengo para qué reñir con nadie, y no quiero ni que S. S. pueda reñir con la izquierda). S. S. ha dicho que deseaba que viniera la izquierda dinástica, porque todo lo que es excesivamente exagerado, es transitorio. Ya sabe la izquierda la opinión que tiene S. S.: que no es porque crea que las ideas de la izquierda sean buenas, sino que de puro malas, quiere S. S. que venga.

Eso ya lo sabía yo hace tiempo; pero bueno es que S. S. hay hecho esa declaración, porque sus compañeros, sus correligionarios decían antes: ?No, lo que queremos es un Gobierno verdaderamente liberal, y como ese no lo es, queremos que venga un Gobierno liberal, porque para conservadores aquí estamos nosotros.? No es esto lo que quiere el Sr. Marqués de Barzanallana: S. S. ha puesto los puntos sobre las ies; quiere S. S. que venga la izquierda, porque a fuerza de mala no podrá permanecer en el poder; y hablo de mala en el sentido de su política y de su exageración. Si S. S., porque en el Ministerio hay un individuo que cree S. S. tiene ideas exageradas, está con zozobras y con miedos y con aflicciones, figúrese S. S. cuando estuvieran aquí los hombres de la izquierda cómo tendría S. S. el corazón; como una almendra.

Por consiguiente, yo insisto en lo que dije: no le exijo a S. S. ni le puedo exigir tanto, no le exijo a S. S. que confiese que lo que ha querido ha sido reponer dentro del partido conservador las cosas en su verdadero lugar; mas eso es lo que ha hecho S. S., y por eso yo he oído con muchísimo gusto el discurso todo de S. S., pero muy especialmente la tendencia política que tiene su segunda parte, y por eso me he alegrado haber oído todo él con mucho gusto, y el país lo sabrá mañana con la misma satisfacción que yo, porque el país lo que quiere no son mistificaciones, sino que cada cual se coloque en su lugar y cada cual en su lugar obre como su conciencia le dicte. [310]



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